Independencia, ignorancia y esclavitud: 12 de octubre
Anteayer muchos guineanos no tuvieron que dejar la casa por la mañana porque era fiesta. Celebraban su independencia. Seguro que muchos de los que saben que existe este blog se conectaron para ver lo que tenía que decir al respecto. Guinea accedió a la independencia porque la colonización es detestable, y entonces era un fuego que les quemaba a la camarilla de Francisco Franco. La ONU insistía, y pensaron maquillar la situación para que nada cambiara. Es lo que pasó con lo que se llamó Gobierno Autónomo, en el que los consejeros cobraban de España un sueldo respetable, llegando a corromperlos, y se lee de esto en el libro de historia de Donato Ndongo, pero no decidían nada, ni siquiera el presidente Ondo Edu.
Cuando llegó la hora decisiva, pasaron de todos lo que tenían algo que decir y se fijaron en Macías, un señor que había pasado por todos los partidos y que, durante las reuniones en Madrid, se las pasó alabando a Franco y a Adolf Hitler. Claro que no le podían llamar la atención. Pudo ocurrir que los fang del interior le votaran, pero todo el proceso era un simulacro, porque Macías, quien antes se apellidaba Masié, pensaba vivir como un virrey, pero con el dinero de los colonos. Cuando le abrieron los ojos, inventó la historia esa de las dos banderas, o más, y toda la farsa se vino abajo. Creo que tuvo un intento de regir Guinea desde los planteamientos paleolíticos, sin dinero, sin gobierno, sin escuelas, pero todo para su palacio, que heredó de la colonización. Pol Pot y otra gente pensó en eso mismo, pero llevado a sus extremos.
Cuando lo apresaron en la selva, supieron que parte del dinero del tesoro nacional fue quemado, otro se desperdigó por la selva. Antes y durante el juicio, pidió que lo dejaran libre y se fuera a gozar de sus bienes. No sabríamos decir cuales. Debieron insistir para que lo dijera, grabado para la posteridad. Lo fusilaron. El animal ni fue capaz de probar la última comida, llorando como un nene caprichoso, olvidando que había sido el "Único Milagro de Guinea Ecuatorial".
Su protegido Obiang, pasando sobre la cabeza de otra gente que más arriesgó, tomó el mando. Años después, o ahora, me emociona saber que conocí a Tray, y en aquellos años no sabíamos que era un señor que había tenido más graduación que Obiang, y el único de su promoción que tenía experiencia real en un campo de batalla. Sé que si él hubiera aceptado ser el presidente del Consejo Militar, Obiang le hubiera quitado de en medio, algo que hizo con todos los que a su parecer eran un obstáculo para su ascensión.
Anteayer, estos guineanos, llamados pobres mentales por Obiang, siguieron bailando, ya sea obligados, ya sea por pura idiotez. Sobre todos ellos pesa una llamativa realidad: no hay en Guinea suficiente arte, ciencia e industria para fabricar la bandera nacional. Viene de lo que los guineanos dicen que en su país no se fabrica una aguja, algo que se nos antoja más difícil de fabricar que una bandera, que en el fondo, es un trapo de colores. Pero no les importa, tienen ahí a China o Corea del norte para sacarles de este vergonzoso atolladero. Por esto y por más, siempre creímos que no había nada que celebrar. Todavía se está celebrando, en toda Guinea, la sinrazón, la intolerancia, la indolencia. Y esto no se celebra, se combate. Fin
Barcelona, 14 de octubre de 2025
Postada: Como lo de que Guinea es incapaz de fabricar su propia bandera no es creíble, os reto a aportar elementos que sostengan lo contrario: industria textil, bordado en fino para el escudo, y toda la parafernalia. No hay más.
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