El barco se hunde: Obiang aplaude
¿Qué pasa cuando mucha gente está en una barca y todos se juntan en un sólo lado? Que entra una ola por este costado y el barco se hunde, después de volcarse.
En este mundo que nos toca vivir parece que estamos viviendo esto, que los poderosos, porque no saben estar solos, están apiñados en un lado del barquito y no se dan cuenta de que este mundo regalado por Brahma se está yendo al carajo.
Los más listos, como el que esto escribe, se han dado cuenta de que desde que Rusia y, sobretodo, China, se han mantenido como potencias luego de impedir que nadie les diga nada a los líderes que están en la silla de estos países, Donald Trump, que venía siendo ya mala persona, se creyó que hacerse dictador le vendría bien, y se ha quitado la careta y mucha gente del mundo malvado le sigue. Ocurre que este señor mayor llega a Europa y los jefes de estas zonas que presumen de progresismo y democracia actúan como si estuvieran ante un señor al que hay que pedir disculpas, o al que hay que apoyar porque no se merece que nadie escriba mal de él. (Es verdad que EE.UU entró dos veces en sendas guerras mundiales para salvarles el culo a estos salvajes, pero ha pasado ya tiempo).
Además. ocurre que en el mundo aparentemente más libre, dígase España, France, Reino Unido, Gibraltar, Luxemburgo, Alemania, Suiza y las cárceles de Dachau, ocurre que lo que ha estado ocurriendo es que cada periodista termina sus estudios y se hace militante del partido en el poder, o del partido de sus padres, así que se gana el boleto para dejar de ser imparcial, solo critica algo si ocurre con la gente del partido que está enfrente.
Esto es lo que está pasando en el mundo mientras que en Guinea, que gime bajo las botas de los esbirros de Obiang, convirtieron su dictadura bananera en monarquía autoritaria y nadie dice nada sobre si esto estuvo alguna vez escrito en la constitución. Todos leen las idioteces que cuentan sobre lo que leen los nativos de Wele Nzas, estos señores cuyos demonios o espíritus ancestrales dijeron que estarían en el poder guineano por muchísimos años, pues aportarán a la historia guineana más de una docena de presidentes, y aunque lo hagan rematadamente mal como lo hizo el desgraciado de Masié y ahora, el general Obiang. Sobre esto, no tienen a nadie que les diga nada, pues el mundo entero está en lo que dijimos arriba. Por ejemplo, el embajador ruso no puede decir nada de democracia a Obiang; tampoco podría quien fuera embajador de los Estados Unidos.
Lo que debe ocurrir es que los ciudadanos vayan diciendo fuera ONU, fuera cualquier organización que presuma de ser muy guay, y agarrar el toro por lo que sea, cuernos, pellejo, huevos, y que sea lo que quiera Vishnu. Así debería ser. Es decir, el que no haga su revolución ahora, se quedará en la mierda para siempre, y hasta que caiga un meteorito. No hay más.
Barcelona, 19 de octubre de 2025
Postdata: Naa, no hay más que decir. El fariseismo mundial clama al cielo, pero la inactividad de los africanos, estén donde estén, también.
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